domingo, 5 de julio de 2009

¿Tecno-Danger?


Chicos y adultos frente a las nuevas tecnologías: Publican datos personales, se citan con desconocidos, usan información de terceros sin permiso. Un estudio revela que ignoran la privacidad y la seguridad. Opinan los especialistas.

Por Pablo Sigal


Se sabe: los niños no llegan al mundo con un pan bajo el brazo sino con una computadora. A los cinco años usan los servicios de mensajes instantáneos y chatean con la misma naturalidad con que respiran, aunque apenas sepan escribir algunas letras. Pocos años después manejan el celular cual expertos y no se cansan de demostrar a los adultos –que se los proveyeron con la utópica idea de tenerlos más controlados– que son unos inútiles. Todo lo hacen con absoluta inconciencia de los riesgos que implica el uso inadecuado de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). Los resultados de una investigación al respecto alarman: los chicos publican sus datos reales en Internet, reciben y envían mensajes de y a desconocidos y hasta pautan encuentros con ellos. Los especialistas aseguran que la situación se revierte con educación al respecto, tal como la reciben los chicos en el hogar para no meter los dedos en el enchufe o volcarse encima agua hirviendo. ¿Son conscientes los adultos de este hecho?

La Asociación Civil Chicos.net acaba de presentar un profundo estudio sobre los usos y costumbres de niños, niñas y adolescentes con relación a las TIC, que realizó en dos etapas durante 2007 y 2008. A nivel estadístico: el 30 por ciento de los entrevistados muestra algún dato personal (número de teléfono, dirección, escuela a la que concurre, etcétera) en su blog, fotolog o página personal, mientras que casi el 50 por ciento de los adolescentes agrega desconocidos a su mensajería instantánea. Si se combinan esos datos con la percepción que los niños y adolescentes tienen del uso de la tecnología (el 50 por ciento no considera peligroso chatear o citarse con desconocidos y agregarlos a sus contactos), se puede ver el cóctel explosivo que resulta.

Todo el mundo sabe que los chicos usan estos medios para comunicarse con amigos, divertirse o buscar material para la escuela. El estudio de Chicos.net –que cuenta con el patrocinio de Save the Children Suecia y Google– revela los aspectos desconocidos de esa relación: muchas de las interacciones a través de computadoras o celulares son anónimas, los chicos interpelan a desconocidos y son interpelados por ellos. Pero también pone el foco en que los grandes ausentes son los adultos. ¿Hasta dónde los chicos deben tener intimidad y en qué momento el adulto tiene derecho a intervenir? ¿Qué hacer para que ellos confíen y recurran a los adultos ante un hecho desagradable, como el acoso virtual?

Sergio Balardini, sociólogo de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y responsable de la supervisión general, el análisis y las conclusiones de la investigación, piensa que “se trata de la construcción del vínculo entre generaciones, entre padres e hijos y docentes y alumnos. Si construimos un vínculo afectivo, dialogal, considerando que niñas, niños y adolescentes son sujetos de derecho y no objetos, ni beneficiarios de nuestras decisiones, será mucho más sencillo. Pero para eso hay que escucharlos, tomarlos en cuenta en serio y no solamente de modo ficcional. Esta confianza se construye con el tiempo. Agregaré, por eso mismo, cuanto antes se trabaje o desarrollen relaciones con esta perspectiva, mucho mejor”.

Del estudio se desprende que los chicos son los principales usuarios y forjadores de las pautas de interacción, por es las acciones para promover el uso responsable de la tecnología deben ser participativas. Marcela Czarny, presidenta de Chicos.net –que desde 1998 impulsa la difusión de la cultura, la educación y la participación de los niños y niñas–, reflexiona: “Los padres tienen que demostrar que, aun sabiendo menos que los hijos sobre las TIC, siguen siendo las personas que pueden ayudarlos porque saben de los otros aspectos de la vida. El papá o el docente tienen que demostrar apertura para ver, escuchar, aprender de los niños y niñas. Si los chicos ven que el adulto ‘desconfía’, o ‘no entiende nada de la compu’, no le contará si le pasó algo en el chat”.

Aunque estuvo centrado en los chicos, el estudio también indagó a padres y docentes. Es curioso: mientras el 47 por ciento de los docentes encuestados considera que necesita capacitación en cuanto al uso responsable de las TIC, el 64 por ciento de los chicos y adolescentes considera que sus docentes pueden brindarles ayuda en un buen uso de Internet.

Balardini considera que la escuela puede hacer mucho para reforzar la tarea educativa de los padres en los hogares: “Conversar acerca de la información personal que se publica, aquella que puede ser mal utilizada por terceros, es importante. Por otra parte, hay un aspecto menos ligado a lo propio de estas tecnologías, y más relacionado a lo que podríamos llamar educación para la vida y a la ética ciudadana: no hacer en la red lo que no se haría en la vida ‘real’, podría ser una buena recomendación. En todo caso, es importante señalar que no es una tarea para la ‘clase’ o el ‘aula de computación’, sino un asunto transversal a tratar en diferentes asignaturas”.

La organización Chicos.net trabaja en ese sentido con la intención de concientizar y educar, tanto a chicos como a docentes y papás, para el uso responsable de las TIC. En ese marco organiza en forma anual, desde el año pasado, un concurso que cuenta con el apoyo de Google y Educ.ar, la página de educación del gobierno nacional. El certamen se llama “Tecnología Sí, conectate con responsabilidad” y propone la elaboración de videos por parte de los chicos con un mensaje sobre el tema. El cierre de la edición 2009 está previsto para mediados de septiembre (ver aparte). “La idea es que los videos sean ‘piezas de comunicación’ en donde les ‘cuenten’ a sus pares cómo usar las TIC. Ellos pueden encontrar las estrategias adecuadas para un uso responsable con más facilidad que los adultos, que somos inmigrantes tecnológicos”, dice Czarny.

Según los autores de la investigación, los resultados “demuestran la necesidad de profundizar en el aprendizaje de temas como la publicación de datos personales de los usuarios, el manejo de su propia imagen y de su identidad, el uso de información personal de terceros, los comportamientos agresivos en Internet y muchas otras tareas específicas que hacen no solamente al uso de la tecnología, sino a su percepción de riesgo y a los entornos de acceso”.

Al parecer se trata de tomar conciencia de que la tecnología no es aséptica, no es neutra y no es sólo un juego. Es un medio de interacción social que, como todo medio, conlleva riesgos que disminuyen con la educación. Si esa idea se puede transmitir a los chicos en hogares y escuelas, si padres y maestros están alertas e informados, los jóvenes y los niños podrán seguir disfrutando de su vida social a través de la virtualidad sin exponerse al peligro. Revista Veintitres, 02/07/2009.

1 comentario:

  1. Cuando se trata de proteger a los chicos, los padres suelen contar con más experiencia y conocimiento de la realidad. A menos, claro, que se trate de computadoras. Allí, muchos de se sienten extraviados en un mundo inaccesible cuya jerga es (o parece) el secreto mejor guardado de la historia. Las cuatro principales cosas que los chicos más hacen con la computadora son chatear, jugar, navegar y bajar música o películas de Internet. Todo esto lo pueden hacer desde la PC hogareña o desde un cibercafé, casi sin excepción.
    Resulta sumamente interesante este artículo en cuanto al uso responsable y educativo de los medios que los avances tecnológicos nos ofrecen a cualquier edad, y fundamentalmente en los niños y jóvenes. Resalta la utilización continua y eficaz de las TIC en procesos educativos,en donde los estudiantes tienen la oportunidad de adquirir capacidades importantes en el uso de éstas. El docente es la persona que desempeña el papel más importante en la tarea de ayudar a los alumnos a adquirir esas capacidades...
    Muy buena nota. Felicitaciones. Raquel T. Fazio

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